De cero con puntos suspensivos

Es sorprendente como todo comienza a cambiar con unas pocas palabras. 

Con unas cuantas dudas.

Con unos tantos sueños.

Había pensado que, con el tiempo, podría olvidar cierto nivel de dolor básico que mantenía en la gaveta de mi armario.

Pero decidí limpiar los restos del pasado que había en mi interior.

Todo comenzó con un diario.

¿Lo has guardado tu tambien?

No, tuve la vaga idea aquel dia cuando fui a tu casa de que ya habías puesto todos los recuerdos en un cajón.

Dijiste que podíamos empezar otra vez.

¿Es posible hacer eso?

¿Cuando, con unas pocas horas, borraste por completo mi existencia de esa habitación?

Se que te mudaste.

Lo escuche hace poco también.

Que te casaste.

Me alegro tanto de que todo haya progresado por tu bien.

Eso solo confirma que me converti en una memoria mas.

Una parte de aquel tiempo que no volverá.

Yo aun camino por la calles que recorrimos.

Pero solo eso.

Apesar de todos esos momentos que compartimos, solo tengo recuerdo de dos lugares donde te puedo buscar.

Estos caminos tranquilos.

Y tu viejo hogar.

No tengo un recuerdo claro de mi yo de aquellos días.

Solo viene a mi mente el tu que me invadía.

Mientras preparo mi café de la mañana, doy vuelta a una página más.

Me hundo en lo que fuiste para mi.

Ojala pudiese recordar un poco mas.

Pero solo tengo esto.

Papel y tinta de un amor eterno.

Tal vez, solo tal vez. me atreva y te escriba solo una carta mas.